El campeón de hoy en River volvió al punto de partida: Kimberley. Para contar su experiencia reciente. Sus orígenes, análogos a los de cualquier pibe. Y dar un mensaje: "Todo llega en el momento en que tiene que llegar".
por Sebastián Arana
Lucas Martínez Quarta volvió a casa. El defensor que apareció hace pocas semanas en la primera división de River, elegido por Marcelo Gallardo para jugar un partido tan pesado como la final de la Copa Argentina frente a Rosario Central, disfrutando de unos días de descanso en Mar del Plata, pasó por Kimberley, uno de los tres clubes que lo formaron en esta ciudad -los otros son Argentinos del Sud y General Urquiza- y el que lo catapultó al fútbol de AFA hace sólo cuatro años.
“Es difícil de caer con todo lo que me está pasando. Estoy disfrutando al máximo este momento. Cada día, cada partido, cada entrenamiento, estar acá hoy con ustedes. No siento que me haya cambiado la vida lo de las últimas semanas. Trato de tomarme todo con tranquilidad, de disfrutar el día a día”, señaló convencido este pibe de 20 años, nacido en mayo de 1996 en Capital Federal y radicado de muy chico en Mar del Plata.
La aparición de Martínez Quarta en la primera de River es muy reciente. Jugó y marcó un gol en un amistoso frente a Olimpia de Paraguay y en noviembre debutó oficialmente frente a Newell’s Old Boys. Por entonces, por las lesiones de varios de los defensores, Gallardo buscaba afanosamente a un defensor surgido de las inferiores.
“Llamó a varios. Me pidió cosas sencillas. Que sea simple, firme, sólido, duro en la marca. Me dio mucha confianza, lo mismo que los grandes del plantel”, contó.
“Ponzio y Maidana me dijeron antes de la final con Rosario Central que jugara tranquilo. Todavía no puedo creer haber marcado a dos monstruos como Rubén o Teo Gutiérrez”, amplió.
El “Chino”, como le dicen en el interior del Mundo River, se afirmó como marcador central. Pero no siempre ese fue su puesto, ya que jugó mucho como mediocampista de contención. “Son dos puestos distintos. Me costaba elegir uno. Pero ahora, por todo lo que ocurrió últimamente, puedo decir que me siento más cómodo jugando como defensor”, prefirió.
De él se habla muy bien en los medios nacionales. Incluso no faltan quienes aventuran que si el ecuatoriano Arturo Mina decide continuar su carrera en el exterior, Gallardo está tranquilo con él en el plantel.
De todos modos, Martínez Quarta no se la cree. “Mi objetivo está puesto en hacer una buena pretemporada y en seguir mejorando. No hay otra cosa”, aseguró.
Las raíces marplatenses
El de Lucas es un muy buen ejemplo para otros chicos de la ciudad. Él probó que desde nuestro fútbol se puede llegar a los primeros planos”, intervino Marcelo Cardellino, “alma mater” del fútbol kimberleño, decididamente enfocado, y cada vez con más exito (ver aparte), en la promoción de jóvenes futbolistas hacia Buenos Aires.
Martínez Quarta recordó durante la reunión de prensa celebrada en el primer piso de la sede social de la Avenida Independencia a los entrenadores que lo marcaron en Mar del Plata. “Siempre recuerdo a Oscar Frisone, a ‘Charly’ Soria, a Juan Carlos Sculco, a Hugo Coiro y a Angel Fulcos”, señaló.
El defensor “millonario” se refirió también a sus comienzos. “Lo que a mí me ocurrió puede servirle, a lo mejor, a chicos de doce, trece o catorce años. Yo me fui de ‘grande’ de Mar del Plata, a los dieciseis. A los pibes que vienen les diría que no se apuren. Todo llega en el momento que tiene que llegar”, afirmó.
Sobre cómo manejarse en Buenos Aires, Martínez Quarta dio más pistas. “Lo mejor es manejarse con humildad, pasar inadvertido, no hacerse notar. Y saber que en algún momento la oportunidad llega y estar preparado. Yo tuve una fractura de peroné el año anterior y mi momento llegó igual”, aseguró.
“No bajé los brazos en aquel momento porque llegar a jugar en primera es lo que soñé desde chiquito. Y porque tuvo el apoyo de mi novia, de mis amigos y de mi familia”, amplió.
“Los primeros meses en la pensión tampoco fueron fáciles. Cuesta estar lejos de la familia. Se sufre con ellos lejos. Pero, con el tiempo, te hacés a la idea de que tus amigos son tu nueva familia. Y te mantiene enfocado saber que es el momento de hacer el gran esfuerzo”, puntualizó.
Como muchas, la de Martínez Quarta es una historia de esfuerzo. Y de paciencia. Para conocerla. Para copiarla.
Una legión, desde el mismo punto de partida
Martínez Quarta es la punta del iceberg. Pero detrás suyo son varios los pibes surgidos en las divisiones kimberleñas que luchan por su sueño de llegar al Torneo de Primera División de AFA.
San Lorenzo, a partir del convenio que cerró en su momento con el club marplatense, se llevó la mayor cantidad: ocho. De la categoría 2000 se llevó al arquero Angel Fulcos y al delantero Milton Silva. Además el próximo año se sumará a ellos el pibe Agustín Cejas, convocado recientemente a la preselección de su categoría.
El 19 de enero se incorporarán al club “santo” dos chicos de las categorías 2001: Alan Asis y Axel Arrabit. Los “cuervos” tienen dos de los más promisorios en la división 2002: Francisco Bonfiglio y Brian Flament, ambos convocados a la preselección Sub 15. Y la lista se completa con Mateo Bellomo, de la 2003.
De esa misma categoría, la 2003, Vélez Sarsfield se llevó a Matías Soulé y en las próximas semanas incorporará a Bruno Campero.
En Estudiantes de La Plata está un promisorio 2000, Imanol Enríquez. A la misma categoría del club platense podría ir Joaquín Vignati, aunque también tiene chances de recalar finalmente en Huracán.
Thiago Franco, con apenas 10 años, categoría 2006, todavía vive en Mar del Plata, pero viaja los fines de semana a jugar para Argentinos Juniors. Enviados de River lo vieron en acción en el último torneo de Independiente y recomendaron llevarlo inmediatamente.
La lista se completa con dos clase ’99, Agustín Parra y Jeremías Cajal, en Ferro Carril Oeste; Agustín Gigena, categoría 1998, en All Boys; Luciano López, 1997, en Talleres de Córdoba; y el más conocido Matías Cardellino, quien integra el plantel de Villa Dálmine.
No se incluyen en esta nómina los muchos jugadores kimberleños que buscan su futuro fuera del país. Por caso, Yamil Navarro, en la segunda divisióno de México, y Damián Zamorano, en Balompédica Linense de la Segunda División B española.